El próximo sábado 29 de marzo, entrará en vigor en España y el resto de la UE el horario
oficial de verano, con el que se adelantan los relojes una hora (a las 2 am serán las 3 am). Esta medida tradicionalmente ha tenido
tantos partidarios como detractores y ha sido motivo de diversos estudios
basados en el ahorro energético.
En España, además, existe
la singularidad de que durante los meses invernales existe un desfase horario de 60 minutos debido a un “capricho humano”
que se agudiza en verano al adelantar una hora más el reloj.
La causa de este
desfase horario se remonta a 1942, cuando Franco adelantó sesenta minutos los
relojes patrios para estar en sintonía con la hora que Alemania había impuesto
en todos los territorios ocupados (GMT+1:00).
Hasta esta fecha, los relojes españoles marcaban la misma hora que tienen
hoy Inglaterra, Portugal y las Islas Canarias con lo que hora oficial y hora
solar coincidían.
Esta modificación
caprichosa provocó que hoy en día la hora oficial de
España sea la misma que la de Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Dinamarca,
Noruega, Suecia, Austria y Suiza, lo que supone un contrasentido, ya que todos
estos países pertenecen a otro huso horario.
¿Cómo afecta este error histórico en la gastronomía?
Cada país debe sincronizar
su horario oficial con el solar que corresponda a su posición geográfica, de
manera que, por ejemplo, las 12 horas oficiales se aproximen todo lo posible al
mediodía local, es decir, el momento en el que el Sol se halla en el punto más
alto sobre el horizonte sur. De esta forma se aprovechan al máximo las horas de
luz disponibles.
En España se desayuna temprano, a la
misma hora que en otros países, pero el almuerzo no se hace hasta las 14:30 y
la cena siempre tiene lugar después de las 21:00. En cambio, el resto de Europa
se come sobre las 13:00, y es raro cenar después de las 20:00 hr.
¿A qué debe esta diferencia respecto a nuestros vecinos europeos? Principalmente
al desfase de horario que llevamos arrastrando desde hace más de 70 años.
Franco cambió el horario de los
relojes, pero no pudo modificar las rutinas de las personas. Así pues, la gente
continuaba cenando a “sus ocho” aunque el reloj marcara las “nueve” y poco a
poco los horarios en general se fueron atrasando (en el trabajo, en los comercios….).
Así pues, por ejemplo, cuando en verano, empezamos a comer a las 14.30hr (hora
oficial) en realidad son las 12.30hr (hora solar).
Este “error
histórico” se hace palpable en los restaurantes españoles, para disgusto de
turistas europeos y para muchos hosteleros. Los días laborables se acostumbra a
desayunar algo en casa al levantarse y algo más en medio del horario de trabajo. En
cambio, los fines de semana o los días festivos no es extraño que a las 12 del
mediodía algún cliente te pida un café con leche y una pasta. Al mediodía, a las 15hr se considera una hora normal para ir a comer. Las sobremesas se alargan hasta bien entrada la tarde y el turno
de las cenas no empieza hasta pasadas las 22hr.
¿Qué opináis?:
- ¿Deberíamos adoptar el horario que nos corresponde según el huso horario adecuado?
- ¿Se deberían modificar los horarios laborales para que se adaptaran a los horarios solares?
- ¿Se mejoraría la eficiencia con unos horarios que permitieran conciliar vida laboral y familiar?
- Esperamos vuestros comentarios
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